Como unos valientes, a pesar del miedito que nos dio ver en el punto de salida a la Guardia Civil (de hecho, por si acaso, algunos nos pasamos la salida y no paramos, no fuese a ser que nos diesen alguna sorpresa no agradable) a las 9:00 estabamos listos para salir los 6 que nos apuntamos este fin de semana Jesús, Fernando, Enrique (que tras una noche de juerga había dormido su nada despreciable hora y media) Luc, Sergio y Santiago. Ni que decir tiene, que a esa hora hacía un frío del carajo, quien nos manda salir a montar en bici, en lugar de quedar en un bar a tomarnos un chocolatito con churros.
Cuando estamos casi listos para partir, de repente Luc se da cuenta de que no se ha traido el sillín de la bici, coñe, esperadme que voy a casa y en cinco minutos estoy de vuelta. La verdad es que ni que hubiera ido en coche bala, antes de que estemos todos listos ya ha vuelto y a las 9:15 más o menos empezamos la ruta buscando el cerro de San Pedro y como no podía ser de otra manera comienza subiendo como una campeona, por eso de que como hace frío teneis que calentar chavales.
La verdad es que con dos pedaladas yo ya estaba caliente y cuando iba por la quinta o así, me estaba planteando que si no sería mejor darse la vuelta, quedar como un cobarde y volver a la camita a taparse con el nórdico (edredón se sobreentiende) pero como de costumbre por aquello del que dirán, del pundonor y todas esas cosas de las que presume el macho ibérico, aquí lo único que queda es echarle un par al asunto, apretar los machos y tirar para arriba como se pueda, aunque a veces se pueda mal.
Ya en la primera subida se ve los que están en forma y tiran como si tuviesen motor en las bicis (creo que el próximo día las voy a revisar) y nos vamos estirando, pero no os preocupeis que ya voy yo en cola, retrasándome un poquito o un muchito dependiendo de la subida, por si alguno os cansais para que no subais solos y sobre todo que no os perdais. Que aunque llevamos dos GPS, parece que el de Sergio no terminaba de indicarle correctamente, por que hubo un par de desvios en los que tiraron por el camino equivocado, menos mal que uno tiraba por un camino que iba hacia arriba con una buena pendiente y eso me ayudó a que todos desgastasen un poco sus fuerzas.
La subida al cerro de San Pedro se realiza completamente por caminos, siendo necesario en un par de puntos bajarse de la bicicleta y cambiar las tornas normales, esto es: bonita tu descansa que ahora te llevo yo, aunque su descanso no dura mucho.
Una vez que dejamos atrás el cerro, comienza la parte que menos nos gustó a todos de la ruta, ya que a partir de este momento mucho asfalto. Salimos del camino cogiendo la carretera que lleva de Guadalix a Colmenar, cogiendo a continuación el desvío que a mano derecha nos conduce hacia la urbanización Peña Real (perteneciente a Soto) Llegamos hasta los repetidores (punto más alto de la ruta) desde donde observamos unas vistas impresionantes de la sierra, pero no nos paramos a contemplarlas mucho, mejor salimos corriendo que aquí sopla el viento de lo lindo.
A la derecha de la urbanización, cogemos una trialera que nos lleva a la parte más baja de la urbanización, donde volvemos a coger asfalto, que no abandonamos hasta coger el carril bici dirección Madrid. Al llegar al circuito de karts de Soto, abandonamos el carril bici para coger la pista que pasando por detrás de la carcel de Soto, enlace con el camino que une Colmenar Viejo con la ermita de la Virgen de Los Remedios. En este camino, aprovechando una sombrita, que con este tiempo siempre es agradecida, realizamos la parada de rigor (casi mortis el que nos entró del frío que hacía) nos comemos las barritas y de nuevo a pedalear que nos pasmamos.
Antes de llegar a Colmenar nos desviamos hacia la izquierda por el camino que lleva hacia unas caballerizas que dejamos a nuestra izquierda. Continuando por este camino llegamos al cruce de la carretera de Colmenar a San Agustin y cogemos dirección al vertedero. En este punto, con bastante desnivel acumulado en las piernas, estas comienzan ya a estar bastante pesadas y todos tenemos metido en la cabeza ¿pero esto cuando acaba? Por este camino llegamos hasta los invernaderos que hay en la carretera de Colmenar, donde volvemos a coger una pista (más asfalto) que ya con un final de unos 5 km en subida nos conducirá al punto en el que hemos dejado los coches. Antes de llegar al final, una agradable coincidencia, parados arreglando una rueda, incidente sin importancia, nos encontramos con Víctor, Javi Iglesias y otro ciclista del Club de Campo, que están haciendo otra ruta aunque comparte parte del camino con la nuestra. A ver si volvemos a salir con ellos a realizar alguna ruta, aunque yo creo que nos han dejado ya a años luz en lo que a forma se refiere.
Por fin, sin incidentes y bastante tocados, adicionalmente por el viento que sopló durante toda la ruta y que en ocasiones llegaba incluso a desplazarnos lateralmente, llegamos a los coches, toca desmontar las bicis y de repente Enrique sorprende a todos sacando unas jonkilatas de cerveza del maletero del coche, que claro con el frío que hacía se mantenían a buena temperatura. Los valientes se apretaron una cada una y el resto seguimos con nuestro isostar y agüita.
(Por Santiago)
Podeis ver las fotos de la ruta pinchando aquí
Teneis disponibles los Track de la ruta en: Wikiloc pincha aquí. GarminConnect pincha aquí. Sports tracker pincha aquí.
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